Nuestra siguiente entrega de PROYECTOS INCLUSIVOS presenta este fantástico ejemplo de cómo la sencillez elevada al máximo es capaz de generar arquitectura de altísima calidad.Y es que en esta época de presencia casi excesiva del dibujo como fin y no como instrumento, conviene consultar las plantas y secciones de este proyecto de Centro Formativo Sra Pou
de los arquitectos finlandeses Rudanko y Kankkunen en Camboya.
Sorprenderá ver cómo con unas intenciones aparentemente tan humildes el
buen arquitecto sabe volver a algunas de las esencias quizás perdidas de la arquitectura (la de verdad, no la de papel), que confía plenamente en la búsqueda de la combinación de elementos básicos tales como el color, la luz o
los materiales.Parece ser que a veces es necesario tener muy poco para reencontrarnos con algunas antiguas buenas costumbres.
Además, y cómo no, este proyecto es un magnífico ejemplo de cómo la arquitectura no es necesariamente un hecho ajeno al pueblo.
El proceso de proyecto fue vivido por los arquitectos en convivencia con la comunidad receptora. No hay, probablemente, mejor manera de generar sentimiento de pertenencia, de hacer sentir a la gente que el arquitecto occidental
puede viajar para enseñar a los demás pero sobre todo para aprender de los demás, de aquellos que entienden mejor que nadie su tierra, así como esas costumbres
ancestrales que les enriquecen y de las que en muchos casos aún dependen.
Quizás, ejemplos cómo estos, y fotografías como la que tenemos a nuestra derecha hace que pensemos lo inmensamente alejados que estamos en occidente de hechos así. Quizás la siguiente pregunta será saber POR QUÉ...y reflexionar entonces sobre el alejamiento crónico que tiene el ciudadano sobre la ciudad. Proyectos como éste hacen del habitante de la ciudad ciudadano. Alejarnos de esta perspectiva nos convierte en meros usuarios. Pincha aquí si quieres conocer más!
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