El problema con el mundo es que los estúpidos están
seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas
BERTRAND RUSELL
Cuando
Paredes y Pedrosa proyectaron, en el año 1998, el Ayuntamiento de Valdemaqueda,
estoy seguro que estuvieron llenos de dudas. No me explico si no, por qué el
Ayuntamiento de Valdemaqueda es un edificio tan excelente.
Ayer
jueves sin embargo, éste estudio madrileño se ha encontrado con cómo, 14 años
después de haber creado este cúmulo de estupendas dudas, la Presidenta de la
Comunidad de Madrid (la de todos, así es la democracia) ha decidido dar al
proyecto una nueva publicidad inesperada.
Le ha
tocado esta vez a la Arquitectura, qué le vamos a hacer, ser la víctima de las
extravagancias y excentricidades, éstas si carentes de toda duda, de una
persona que ve argumentada su papel social cada día de forma más obvia en meras
llamadas de atención gratuitas, salidas de tono, y simples llanezas carentes de
contenido. Farándula y comadreo de alguien a quien deberíamos exigir algo más.
Y es que
aunque a nadie se le ocurra pedir que nadie, ni siquiera una presidenta de un
gobierno autonómico, sepa de todo, sí parece legítimo esperar que, al menos,
conozca qué es exactamente lo que ignora. De otra manera, será difícil alejarse
de la figura de político antiguo y teatrero que habla de lo que no sabe,
desprecia lo que no entiende y olvida que su poder nunca podrá legitimar a su
ignorancia.
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