No es necesario ser demasiado pretencioso, sólo mirar un
poco alrededor…y darse cuénta de que las cosas pueden tener otra vida.
Ésta es
la filosofía de 2012 Architecten, un grupo de jóvenes arquitectos Holandeses
que se dedican no sólo a hacer la arquitectura muy bien, sino a hacerla con
todo aquello que se iba a tirar. Desde falsos techos acústicos hasta material
de escritorio.
Y es que
quizás sean necesarias alarmas sociales y ecológicas como la actual para que
nos demos cuenta que algunas de nuestras “costumbres inevitables” pueden ser
perfectamente variadas simplemente con un poquito de intención.
En
España debemos de reflexionar mucho sobre esto…sobre nuestro sentido de
propiedad de las cosas, y sobre nuestra necesidad crónica a “renovar” o
“modernizar” constantemente lugares que, probablemente, no eran necesarios.
(Véase
todos esos aplacados del Metro de Madrid que, en época de Vacas Gordas taparon
el, cuanto menos algo más auténtico azulejo que tenían detrás)
Para conocer bien este fenómeno, pincha AQUÍ
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